He puesto sobre mi mano nuestro beso y así, gracias al reflejo del espejo sé que no se van a acabar nunca, y que siempre tendré un poco de esos ricos besos a mano.
A ver si algún día hacen que me sobren los cafés y dejo la adicción.
Estamos llenos de las cosas que nos ha dado el pasado, de lo que nos enseña el presente y de lo que le pedimos como regalo al futuro. Yo sigo buscando.