Nicolò se puso de nuevo su sombrero de Maestro de Ceremonias y de espaldas a los focos, carraspeando bajito para sacar la voz mas grave que poseía, anunció: "el espectáculo de hoy se celebrará sobre nuestras cabezas!"
Y con un único gesto de su mano derecha abrió el techo de la carpa y entraron los sueños que ninguno habíamos soñado hasta aquel día. Y con un gesto de su mano izquierda nos repartieron los lapices de colores con los que podríamos pintar tantos finales como nos atrevieramos.
La ultima vez que le vi, me contó que aún hay gente dibujando...
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