Como un resorte me siento en la cama con los ojos abiertos como un búho.
He visto un recuerdo que no era mio, un uniforme verde y un turbante. He visto un hombre herido en el desierto y secuestrado. 1860, la Guerra de África. Le he visto trabajando como esclavo en una granja, y le he visto aceptando su vida tomando un cuenco de leche con las dos manos. Ordeñar después mas leche para unos niños que no son los suyos. Le he visto aceptar que no será para siempre. Le he visto levantarse un día, marcharse y descubrir que nada se lo impedía.
Cuando cruzó el estrecho acabó en Sevilla. Allí se compró una banquito pequeño y caminó de vuelta a casa. Cuando se cansaba, dejaba el banquito en el suelo y se sentaba a descansar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario